domingo, 26 de abril de 2009

Grecia segunda parte: Atenas

El mundo en crisis y yo viajando gracias a las ayudas europeas, seguro que esto me hará un trabajador el doble de productivo ¿Hasta que punto estaré en lo cierto?

Vayamos un poco más hacia el sur, hacia Atenas ¿Por qué no? Ya que estamos... no tengo a nadie que contradiga, hago lo que me da la real gana. Cinco horitas y me planto en "La ciudad bien construida" como la llamaba Homero. Yo y yo mismo llegamos al hostal sin dificultades. Antes siquiera de que me de tiempo a ser consciente del lugar en el que me encuentro ya estoy haciendo amistades. Mis predicciones no iban tan desencaminadas, un hippie venezolano. Se dedicaba a trabajar el cuero para transformarlo en pulseras, cadenetas, sandalias... etc y luego vender su género como vendedor ambulante en las zonas turísticas. A los cinco minutos iba caminando por una calle turística transportando una tabla llena de colgantes. Tras comernos un Souvlaki, versión griega del showarma (Chawarma, Schawarma, Shawirma, Shwarma, Shuarma, Shawerma, Shoarma, Schwarma, Shoermeh, Siaorma, Shaormala o como te de la gana llamarlo), me regala una de sus pulseras y lo dejo trabajando.

A 30 metros de ahí empieza una pelea entre topmantas y guiris con sandalias y calcetines blancos, una delicia para los sentidos. La cosa no paraba y le pregunté al primer guiri que pasó por mi lado que diantres pasaba. Empezamos a hablar y resulta que era argentino, nosotros hablando en inglés como imbéciles... la lengua de Shakespeare nos ha ganado la partida. Él era otro loco que viajaba solo, no obstante el opinaba que lo loco sería no viajar para ver aquello. Sabia respuesta me dio. Se terminó el viajar en soledad, ya tenía compañero de aventuras. Terminamos de aprovechar la tarde zambulléndonos en la riqueza histórica ateniense para más tarde retirarnos a nuestros respectivos hostales. En mi hostal organizaban una fiesta en la terraza, jamás pensé que me tomaría una birra con la Acrópolis de fondo, y luego nos fuimos a dar una vuelta por los pubs de la zona. Una cerveza, la correspondiente estaca en el pecho y a dormir.

Al día siguiente mi colega bonaerense y yo nos recorrimos prácticamente todo lo que había que ver en la urbe, acabamos noqueados. No me voy a poner a comentar los monumentos que para eso están las guías turísticas o la wikipedia. Por cierto, la omnipresencia de los perros parece ser que afecta a todos los Balcanes. En Atenas los perros son descomunales, como caballos. Pensé en subirme a uno con el traje de montero e irme de feria. Pululan a sus anchas ¡Incluso por la Acrópolis! Entran sin ningún control en las áreas cercadas. Véase al rey león en la foto.

No dio tiempo ni a descansar, tocaba salir con la gente de su hostal. Allí también organizaban fiesta en la terraza con vistas a la Acrópolis, jamás pensé que me tomaría cinco cervezas y un chupito con la Acrópolis de fondo. Creía que Grecia sería el primer país en el que no acabase en estado de embriaguez en algún momento... Otro país tendrá que ser.

Y se acabó lo que se daba, al día siguiente salía mi tren de vuelta con destino Tesalónica. Momento de despedidas, vuelvo a mi soledad. Una vez en la estación de trenes de Tesalónica me quedo mirando la revista de la chica que está a mi lado, era prensa rosa. Una cara de las fotos me resulta familiar... "Excuse me. Is this guy famous?" Pues sí que lo era, al parecer vine a Atenas desde Tesalónica sentado al lado de un actor/sex symbol griego. Pobrecito, lo tuvo que pasar mal al tener semejante competencia en frente, no debe de estar acostumbrado.

Y llegué a Tesalónica, restaban tres horas para subirme al ferrocarril con destino Bucarest. Cuando me disponía a subir al tren pregunté por el coche-cama, 39 € de suplemento. Madre, a la ida me costó 21. El revisor me comentó que si quería pagar menos tenía que compartir. Yo no me lo terminaba de creer, a la ida el tren iba vacío, no sabía por qué iba ahora a estar tan lleno. Me manda a una cabina donde hay dos hombres más. Para mí que me la está colando. Le pregunto por otro camarote. Ok, vayámonos al 21. Estoy solo, no pinta la cosa tan mala. Al minuto entran dos bípedos que huelen a requesón conservado en esencia de mofeta. Las pintas acompañaban al perfume ¿Tenía que pasar 17 horas con ellos? "Señor revisor, ¿Cuanto dijo que costaba ir solo?"

3 comentarios:

Jose dijo...

jajjajaj me ha gustado el final del post, en plan pregunta retórica...!! jejej!! mejor solo k oler a keso todo el viajeee!!! tiooo muy bien, me alegro k al final del todo los viajes te hayan ido "bien"...!! un abrazo tioo!!!!

Jose dijo...

por cierto... muy fuerte lo de los perros.... yo me cago vivo vaya! pa k venga corriendo a morderme... k fuerte allí en el monumento...!!!

Aleji dijo...

Los templos cercados con cuerdas. No te acercas mucho vayas a romper una columna de 2500 años de antigüedad.... ¡y los perros ahí dentro metidos tomando el sol!!